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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

Los que obtuvieron “perdón”

Los que obtuvieron “perdón”

Los que obtuvieron “perdón”[1]

 

 

31 de enero de 1937

 

 

 

Han perdonado a Radek y a Sokolnikov. Cuando estas líneas aparezcan en la prensa, la suerte de los demás acusados estará en manos del gobierno. Es difícil decidir quiénes tienen peor suerte: si los ajusticiados, o los que obtuvieron perdón. Para los funcionarios del gobierno, cada uno de los que obtuvieron perdón. Para los funcionarios de gobierno, cada uno de los que obtuvieron perdón es una amenaza, una especie de bomba de tiempo: en la cárcel puede revelar la verdad sobre lo que sucedió entre bastidores en el juicio. Esta amenaza crecerá a medida que se intensifique la lucha internacional por la revisión de la amalgama de Moscú.

En 1931 los mencheviques fueron juzgados en Moscú sobre la base de sus “confesiones voluntarias”. Dos de los acusados, los conocidos escritores Sujanov y Groman, hombres de confianza y respeto, “confesaron” ante el tribunal que habían participado en una conspiración internacional destinada a organizar un golpe militar en la URSS junto con León Blum y otros dirigentes de la Segunda Internacional.[2] Sujanov y Groman obtuvieron el “perdón” y fueron encarcelados. Sin embargo, se violó la promesa de ponerlos en libertad rápidamente. Las víctimas, engañadas por la GPU, declararon en la prisión que las confesiones eran falsas y que se les había prometido la libertad a cambio de las mismas. Sujanov inició una huelga de hambre que duró varias semanas y luego él y Groman desaparecieron de la prisión. ¿Dónde están? Nadie lo sabe.

Es probable que la GPU matara a Sujanov y Groman en el período de preparación del proceso de Zinoviev, para que no revelaran el mecanismo oculto de las “confesiones voluntarias”. ¿No podrían los Amigos de la URSS, la Liga por los Derechos del Hombre y otras organizaciones similares tratar de descubrir qué les sucedió a Sujanov y a Groman?

¿Tendrá mejor suerte el grupo de Radek Y Sokolnikov? No lo sabemos con certeza. Radek es incapaz de guardar un secreto, y todos lo saben. Y cada palabra indiscreta que pronuncie Radek significa una gran amenaza para Stalin. Por eso nos resulta difícil saber quién ha corrido peor suerte: los ejecutados, o los que obtuvieron el perdón.



[1] Los que obtuvieran “perdón”. El proceso de Moscú.

[2] León Blum (1872-1950): jefe del Partido Socialista francés en los años treinta, fue primer ministro del gobierno del Frente Popular en 1936.



Libro 5