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Escritos de León Trotsky (1929-1940)

Carta sobre problemas norteamericanos

Carta sobre problemas norteamericanos

Carta sobre problemas norteamericanos[1]

 

 

14 de noviembre de 1937

 

 

 

Querido camarada Cannon:

 

Recibí su carta del 10 de noviembre.

Si necesita escribirme una carta completamente personal, puede enviarla de la misma manera que la última. Esté seguro de que llegará directamente a mis manos.

En cuanto a la cuestión de un tercer camarada, dejo el asunto totalmente al Comité Nacional.[2] Las “ventajas” de Milton son que no es casado y sabe muy poco español.[3] No sé cómo van las cosas con el camarada Stone en estos aspectos. Por otro lado, las características que usted le da a éste son muy atractivas. Yo también creo que Milton, gracias a su actividad en España, es más importante por su trabajo político, en el próximo período, en los Estados Unidos. Personalmente, no conozco a ninguno de los dos. El Comité Nacional los conoce a ambos. Ustedes pueden juzgar mejor que yo. Esta es la razón por la cual dejo totalmente el asunto a su decisión.

Si se decide por Stone, se presentaría algún inconveniente por el hecho de que yo me dirigí a Milton. Pero le escribí que la decisión está en manos del Comité Nacional y usted puede dar el argumento importantísimo de que el problema español en el próximo período, tiene un papel muy importante en sus actividades y que usted necesita a Milton en los Estados Unidos. 

Su carta personal, la contestaré con la ayuda de Joe[4] y con su “solemne juramento” de no comunicar a nadie el contenido de mis cartas. Comprendo muy bien que cualquier indiscreción, aun sin la más mínima voluntad, puede ocasionar en algunos casos dificultades adicionales para el Comité Nacional. Naturalmente estoy listo para hacer todo cuanto esté a mi alcance para evitar estos incidentes. Por supuesto usted comprende desde su punto de vista, que la presencia o la ausencia de uno u otro camarada en nuestro hogar no puede tener la más ligera influencia en mi manera de ver los problema que nos interesan.

No puedo ocultarle cierto asombro, por el hecho de que una larga serie de cartas y mensajes dirigidos a usted, continúan sin respuesta. ¿Cuál es la razón? ¿Su recelo en cuanto a alguna indiscreción? Si lo es, confío en que este motivo desaparecerá ahora con el nuevo arreglo de nuestra correspondencia. Usted comprende que sería muy difícil dar mi opinión sobre un asunto que se me presentó inesperadamente. Yo debería mantenerme informado de todo lo que sucede en el partido.

Usted no contestó nuestras sugerencias en relación con la conferencia. Los preparativos para la conferencia latinoamericana continúan con gran vigor.[5] Las tesis más importantes están preparadas y en proceso de traducción. Le enviaremos las primeras la semana próxima. Estoy totalmente de acuerdo con Diego Rivera[6] en que Nueva York y California deberían prestar más atención a Latinoamérica de lo que lo han hecho hasta ahora. La clase trabajadora de Estados Unidos tiene la obligación debido a su situación, de desempeñar el papel de guía en los países semicoloniales latinoamericanos. Es muy importante que, de vez en cuando, se publiquen en el periódico artículos sobre Latinoamérica. Podrían traducirse al español con gran utilidad. Escribiré más ampliamente acerca de este importante problema en el futuro próximo.

Me entero a través de algunos camaradas, que el ambiente en sus filas es un poco “pesimista” y que solamente una minoría es realmente activa. Es posiblemente un fenómeno transitorio que corresponde al paso de una forma de actividad a otra. Pero también es posible que un buen número que camaradas que han estado con nosotros casi diez años, estén un poco cansados del desarrollo demasiado lento de la organización. He observado muchas veces un fenómeno análogo. En este caso es necesario renovar los cuerpos dirigentes del partido seleccionando sistemáticamente a elementos jóvenes para los cuadros del partido.

Estoy muy interesado en la posición de los camaradas en cuanto a la situación de la Unión Soviética. La reacción sentimental contra los crímenes indescriptibles de la burocracia soviética en España y el resto del mundo, y su papel contrarrevolucionario en el movimiento de la clase trabajadora internacional, deben influir inevitablemente en la apreciación psicológica y sociológica de la URSS. Creo que deberíamos permanecer firmes en cuanto a este problema, pero también pedagógicamente tolerantes respecto a las exageraciones inevitables en nuestras filas. Tenemos la posibilidad de esgrimir un garrote contra los oehleristas[7] y otra gente similar fuera del partido. Estoy dispuesto a escribir un artículo sobre este problema en el Socialist Appeal, si me envía el material necesario sobre oehleristas, anarquistas, etcétera.

Hansen [Trotsky]



[1] Carta sobre problemas norteamericanos. De los archivos de James P. Cannon a quien fue dirigida. Cannon (1890-1974): organizador de la Industrial Workers of the World (IWW), dirigente del ala izquierda del Partido Socialista y uno de los fundadores del Partido Comunista norteamericano. Fue expulsado en 1928 por expresar su solidaridad con Trotsky. Dirigió la formación de la Oposición de Izquierda y más tarde la del SWP [Partido Socialista de los Trabajadores] Y la Cuarta Internacional. En el momento en que se escribió esta carta, se ocupaba de la discusión previa a la convención del ala izquierda del Partido Socialista y de los preparativos para la convención fundadora del SWP a finales de 1937.

[2] El Comité Nacional: comité de dirección del ala izquierda del Partido Socialista el cual se transformaría pronto en el Socialist Workers Party [SWP, Partido Socialista de los Trabajadores]. Trotsky se ocupa aquí de la elección de un camarada adicional que venga a Coyoacán como guardia.

[3] Harry Milton: trotskista activo en el sindicato de trabajadores de la industria del vestido, fue a España como voluntario antifascista, detenido en el frente por los stalinistas y deportado.

[4] Joseph Hansen (n. 1910): se unió al movimiento trotskista en 1934, trabajó en el sindicato de obreros marítimos y fue secretario de Trotsky de 1937 a 1940. Sus relatos sobre la estadía de Trotsky en México, incluyendo su asesinato, se encuentran en Leon Trotsky, the Man and his Work [León Trotsky, el hombre y su obra] (Merit Publishers, 1969) y en el prólogo a la edición de Pathfinder de 1970 de Mi vida. Después de servir por muchos años como editor de The Militant e International Socialist Review y como representante internacional del SWP llegó a ser el editor de Intercontinental Press.

[5] La conferencia latinoamericana se ideó como una agencia regional para ayudar a preparar la conferencia internacional que fundaría la Cuarta Internacional. En mayo de 1938 se reunió una conferencia latinoamericana, y adoptó una serie de resoluciones que fueron sometidas a la conferencia internacional que se reunió en setiembre de 1938.

[6] Diego Rivera (1866-1957): el conocido pintor mejicano cuyos murales fueron removidos del Rockefeller Center de Nueva York por su contenido comunista. Uno de los fundadores del Partido Comunista mejicano y miembro de su Comité Central desde 1922, abandonó el partido en 1927 debido a la expulsión de la Oposición de Izquierda. Fue el anfitrión de Trotsky cuando éste llegó a México por primera vez, pero en 1939 Trotsky se vio obligado a romper públicamente con él debido a serias divergencias respecto al sindicalismo dual, la naturaleza de clase del estado soviético y la campaña presidencial mejicana de 1940, en la cual Rivera apoyó la candidatura de un general de derecha. El rompimiento está documentado en Escritos 38-39.

[7] Hugo Oehler: dirigió una sección sectaria del Partido de los Trabajadores de los Estados Unidos que en principio se opuso a la entrada del Partido de los Trabajadores al Partido Socialista, lo cual se proponía como táctica para ganar a la creciente ala izquierda de ese partido. El y su grupo fueron expulsados en 1935 por violar la disciplina del partido y formaron la Liga Revolucionaria de los Trabajadores.



Libro 5