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Boletín Anual (2008)

Señal de Alarma en la URSS - parte 2

Señal de Alarma en la URSS - parte 2

Del “socialismo a paso de tortuga” al “socialismo en un solo país”…a la velocidad del avión

Andrea Robles

 

 

En la nota anterior, abordamos el inicio de la “crisis del trigo” que provocó la división del aparato gobernante. El ala derecha que encabezó Bujarin intentó resistir pero capituló y Stalin retomó la ofensiva, pasando de años de concesiones al kulak a imponer en forma atroz la colectivización en masa y a una industrialización acelerada. La Oposición de Izquierda, a pesar de las continuas deportaciones de la dirección estalinista-bujarinista, se fortaleció coyunturalmente, pero el nuevo viraje de Stalin abrirá una importante discusión y división de la Oposición de Izquierda sobre el rumbo del Estado Obrero y la construcción del socialismo.

El plan de colectivización e industrialización de Stalin

A partir de septiembre de 1928, Stalin retomó la ofensiva para ganar el poder del aparato cuya iniciativa había quedado en manos de la Oposición de Derecha. Desde Pravda, denunció la existencia en el partido de una “desviación de derecha” que le capitulaba al kulak. Poco después, un documento del Comité Central definía una nueva política industrial que se proponía sobrepasar el desarrollo industrial de los países capitalistas, atacar las vacilaciones de determinadas capas de la clase obrera y sectores del partido y emprender el proyecto de un plan quinquenal para la industria1. Este último fue anunciado a toda la nación, por la XVI Conferencia del partido, en abril de 1929. Sobre la base de intensificar radicalmente la industrialización y la colectivización, el plan contemplaba la colectivización de sólo el 20% de todas las pequeñas propiedades para 1933, el pago de mayores impuestos y entregas de trigo para el kulak. Poco después, también decretaron el trabajo intensivo semanal con cinco feriados en el año.

En esta fecha, no sólo se había quebrantado el intercambio económico entre la ciudad y el campo, sino que había sucedido lo mismo con todas las relaciones, en las ciudades, en el Estado e incluso entre el Estado y el Partido. La inflación era incontrolable y la escasez de suministros, deplorable. El odio de los kulaks, campesinos medios y hasta pequeños, se reflejaba en el incendio y asesinato cotidiano de agentes del partido en las aldeas. La pobreza del país y los abusos del gobierno provocaban una reacción tan adversa que todos coincidían en el peligro por el que pasaba la revolución en su 12ª aniversario. La derecha del partido capituló y Stalin la utilizó hasta principios de 1929 (cuando cada uno de sus miembros fue expulsado del gobierno, aunque mantuvo sus cargos en el CC), para mostrar el partido unido y conseguir el objetivo de eliminar a su verdadero adversario: la Oposición de Izquierda.

La situación de la Oposición de Izquierda y los debates

En el momento más crítico de la controversia Stalin intensificó la represión contra el núcleo fuerte de la Oposición de Izquierda. Los más firmes oposicionistas fueron trasladados a cárceles desprovistas de calefacción, poco alimentados, aislados y privados de material de lectura, es decir, negándoles “los privilegios que los prisioneros políticos habían obtenido en la Rusia zarista y que los bolcheviques habían concedido, desde el fin de la guerra civil, a los antibolcheviques encarcelados”2. Respecto a la suerte del líder de la Oposición, Stalin consiguió arrancar una mayoría de votos en el CC para expulsarlo de la URSS, una medida que no tenía precedentes. En febrero de 1929, Trotsky fue llevado por la GPU a Turquía3.

Meses después del anunció del plan quinquenal, sectores de la Oposición de Izquierda, viendo peligrar la causa a la que muchos habían dedicado toda su vida, se preguntaban, impotentes, si el programa por el que venían peleando, origen de sus múltiples privaciones y padecimientos, seguía teniendo sustento. El endurecimiento de la represión hacia la Oposición de Izquierda tuvo precisamente el objetivo de minar la moral de los vacilantes y desorganizar sus filas.

Uno de los principales dirigentes de la Oposición, “Preobrazhensky, declaró en abril de 1929, que el grupo de Stalin y la Oposición de izquierda estaban ahora esencialmente de acuerdo: ’Uno tiene que extraer la conclusión general y fundamental que la política del partido no se desvió a la derecha después del XV Congreso, como la Oposición presupuso…sino todo lo contrario, en ciertos puntos sustantivos, progresó seriamente en un sentido correcto’. El se refirió a los cambios en la política económica de la dirección como una “gran victoria moral de los puntos de vista de la Oposición’”4 y si bien condenaban la represión de la cual eran objeto, pensaban que la cuestión de la democracia partidaria iba a venir después. En una declaración conjunta, Preobrazhensky, junto a otros dirigentes como Radek y Smilga y 400 ex oposicionistas, respaldaron el plan quinquenal, la lucha contra la Oposición de Derecha y apelaron a la readmisión al partido5, urgiendo al resto de los oposicionistas a hacer lo mismo6. De esta manera, la carta de triunfo de Stalin para derrotar a la Oposición fue el “viraje a la izquierda” que logró dividirla y debilitarla considerablemente. Cristian Rakovsky, con un importante grupo en los campos de prisioneros, en Rusia, junto a Trotsky desde el exilio, dirigieron el foco principal de resistencia y freno a este proceso de capitulaciones7. Rakovsky planteó que aún para hacer un bloque con el centro, contra la derecha, era ineludible liberar a todos los oposicionistas presos para integrarse a las filas del partido, demostrando así las diferencias de principios que había con el estalinismo, cuestiones que Trotsky va a desarrollar.

Trotsky y el plan quinquenal

Nuevamente la perspectiva socialista vs. la teoría del socialismo en un solo país

El argumento de los capituladores fue “Las cifras concretas del plan quinquenal", ya que el importante avance en la industria que mostraban, era –según ellos- la expresión del programa de construcción del socialismo. De esta forma, tomaban relevancia los cuestionamientos que le había hecho Trotsky a Preobrazhensky en torno a los límites de su teoría de “acumulación primitiva socialista”8 puesto que podía ser concebida en los marcos de la “construcción del socialismo en un solo país”, postura de la que va a partir para combatir las vacilaciones y capitulaciones.

Trotsky era categórico cuando afirmaba: “Aparentemente, el intento de Stalin de incrementar la industrialización lo acerca a la Oposición. Pero sólo en apariencia. La industrialización socialista presupone un plan de gran alcance y muy cuidadosamente elaborado, en el que el desarrollo interno, está estrechamente ligado a una creciente utilización del mercado mundial y a la defensa implacable del monopolio del comercio exterior. Esta es la única manera en que se podrán paliar -no liquidar ni eliminar- las contradicciones del desarrollo socialista dentro del cerco capitalista; esta es la única manera de incrementar el poderío económico de la república soviética, de mejorar las relaciones económicas entre la ciudad y el campo y de fortalecer la dictadura del proletariado.”9 Es decir, el viraje izquierdista de Stalin se basaba en la “vieja teoría del socialismo en un solo país, pero con la caja de cambios puesta en ‘tercera´. Antes nos enseñaban que en la Rusia atrasada el socialismo se construiría ‘a paso de tortuga’ y que el kulak se pasaría al socialismo. Ahora, el paso de tortuga ha sido reemplazado por la velocidad casi de un avión. El kulak ya no se pasa al socialismo -¡a semejante velocidad es imposible!-; se lo liquida por orden de la administración”.10

A tres años del plan quinquenal, la doctrina oficial del estalinismo sostenía que el avance de la colectivización y la industrialización aceleradas estaba garantizado de antemano y que por tal, ese camino conducía automáticamente a la construcción del socialismo en un solo país11. La tergiversación de la idea del socialismo de Stalin conllevaba dos fallas políticas: plantear una perspectiva errónea para avanzar hacia el socialismo y la tendencia criminal a embellecer la realidad soviética. En torno a la primera cuestión, para el marxismo, la economía socialista aún en su primer estadio parte de garantizar las necesidades humanas elementales y por tal tiende a ser armónica, internamente proporcionada y libre de crisis. En cambio, como afirma Trotsky, “la economía transicional del capitalismo al socialismo es una encrucijada de contradicciones, entre las que predominan las más profundas y agudas”.12
La terrible escasez de bienes, el bajo crecimiento de la industria eran muestras que la “acumulación primitiva socialista” de Stalin se cumplía a costa del nivel de vida de las masas y, de por sí, probaban la imposibilidad de construir el socialismo en el Estado obrero en base a un nivel productivo bajo: “sólo se pueden tomar las primeras medidas preparatorias” (…) “¿No es monstruoso? El país no puede superar la escasez de bienes, el desabastecimiento de alimentos es un hecho cotidiano, no hay leche para los niños... y los filisteos oficiales declaran: ‘El país ha entrado en la etapa del socialismo.’”. ¿Existe alguna forma más fraudulenta de desacreditar al socialismo?” (…) Las formas socialistas pueden revestir contenidos cualitativamente distintos, según el nivel de la técnica. Formas sociales soviéticas basadas en la producción norteamericana: esto es socialismo, al menos en su primera etapa. Formas soviéticas basadas en la técnica rusa: éste es sólo el primer paso en la lucha por el socialismo.”13 En definitiva, una política correcta en la URSS significaba prolongar en las mejores condiciones la dictadura del proletariado y una estrategia revolucionaria de la Internacional Comunista puesto que el triunfo en los países avanzados, era la única vía decisiva de avanzar hacia el socialismo, como estadio superior al capitalismo14.

Era esta diferencia de principios estratégicos la que finalmente explicaba que, aunque muchos de los planteamientos tácticos de la Oposición fueron tomados por Stalin en su plan quinquenal, sus autores y defensores se encontraran en la cárcel.

Una vez más sobre la alianza entre el campo y la ciudad

El avance del plan quinquenal estuvo guiado únicamente por alcanzar las metas definidas por la burocracia estalinista, las cuales al no estar sustentadas en los recursos reales que disponía el Estado soviético en ese momento, se consiguieron con el látigo de los procedimientos “administrativos” (desde gravámenes impositivos a las granjas colectivas hasta deportaciones, coerción laboral, etc.). De esta forma, si bien la economía soviética registró avances muy importantes lo hizo a costa de resentir, abriendo grandes peligros, la estructura económica. En el campo, la forma brutal con que la burocracia estalinista llevó adelante la colectivización tuvo resultados terribles para el campo ruso. No sólo los kulaks sino una gran proporción de campesinos medios prefirieron quemar sus pertenencias y matar sus animales antes que entregarlos a la requisición estatal. (Ver al final “La colectivización e industrialización forzosa en cifras").

Trotsky reforzaría sus temores ante el carácter aventurero que fue adquiriendo la política de Stalin, hacia fines de 1929, criticando la colectivización general de la producción agraria sin que se contase con los medios técnicos acordes. “El arado y la jaca campesina, incluso la suma de todos los que están en existencia, no sirven para crear grandes granjas colectivas, así como no se puede construir una nave con la suma de una escuadra de botes pesqueros. La agricultura no se puede colectivizar si no es a través de la mecanización. De allí surge que el nivel general de industrialización de un país es el elemento que determina el ritmo de colectivización de su agricultura."15 Trotsky demostraba cómo aún cuando se completara totalmente la colectivización esto no significaría la liquidación de los kulaks como clase puesto que al no existir el suficiente desarrollo técnico y cultural, las granjas colectivas son incapaces de detener el proceso de diferenciación y por ende de surgimiento de elementos capitalistas. La vía de Stalin para eliminar las contradicciones de clase fue la de un régimen que combinaba sanciones administrativas y terror.

Pero donde se tornaban más visibles las encrucijadas del curso forzado al “socialismo” en un solo país, era en la industria. Los objetivos cada vez más elevados -según resultados siempre adornados- del “plan”, anunciados mediante altisonantes campañas políticas del gobierno y sustentados en una política financiera inflacionaria y ritmos intensivos de trabajo, comportaron el aumento estrepitoso de las desproporciones entre las distintas ramas industriales. Esto llevó, por ejemplo, a la parálisis de sectores enteros de ramas industriales por la falta de repuestos y, a un porcentaje excesivamente alto de productos defectuosos, dado el acicateo de los directores de las industrias por alcanzar los números fabulosos del plan. A esto, se sumaban los altos costos de producción, la escasez de mano de obra calificada y las altas tasas de migración laboral provocados por las condiciones deplorables de vida (en vivienda, comida y ritmos de trabajo).

La industria pesada, la que mejor ejemplificaba el atraso económico ruso heredado y el avance del proceso de industrialización del país, registraba los mayores retrasos respecto de las metas. Así, los huecos de los faltantes se rellenaban con mayores partidas presupuestarias o crediticias, que aumentaban la inflación, que a su vez provocaba un incremento artificial de la demanda de bienes y por consiguiente obligaba a las distintas ramas, cada una por su lado, a superar los objetivos del plan, lo que causaba nuevas desproporciones que terminaban devorándose buena parte de las conquistas industriales.

Los éxitos de la industrialización, planificación y democracia proletaria

Trotsky, no obstante, remarcó los éxitos de la industrialización y la planificación, aún a la manera burocrática de Stalin, ya que eran la “demostración empírica de las infinitas potencialidades inherentes a los métodos socialistas (...) Si en 1918 la socialdemocracia alemana hubiera utilizado el poder que le entregó la revolución para implantar el socialismo (…) en vista de la experiencia de la Rusia soviética, (...) las masas socialistas de Europa Central, Europa Oriental y buena parte de Asia contarían con un poderío económico tremendo. Todo el mundo sería diferente. Pero ahora la humanidad pagará la traición de la socialdemocracia alemana con guerras y revoluciones. La historia no registra crimen mayor.”16 Los logros en la economía soviética, que por otro lado contrastaban con la situación de decadencia económica que vivía el capitalismo mundial a raíz del crack del ‘29, se debían, en primer lugar, al cambio revolucionario en las relaciones de propiedad que permitía establecer las condiciones necesarias para la eliminación planificada de la anarquía del mercado. En segundo lugar, a la planificación de las perspectivas económicas, que no constituía un dogma a la manera de Stalin sino una hipótesis de trabajo que bajo el análisis colectivo conciente debía verificarse por medio de la democracia soviética como sistema de regulación real de las masas de la estructura de la economía. “Hay que elaborarlo y corregirlo de la única manera que se puede construir el socialismo, es decir, a través de la más amplia democracia soviética. (…) La democracia soviética no es una consigna política abstracta, ni menos aun una norma moral. Se ha convertido en una necesidad económica”.17

Pero para ello era imperioso un partido revolucionario gobernante y no un aparato sobre el que giraran todos los cambios sin control alguno, cuyo único fin sería autopreservarse. “La trama de la conciencia partidaria se urde lentamente y exige ser constantemente renovada a través de la caracterización marxista del camino recorrido, del análisis de los cambios de la situación, del pronóstico revolucionario. Sin un incansable trabajo de crítica interna, el partido inevitablemente decae. Sin embargo, la lucha de la burocracia por su autopreservación excluye la posibilidad de que se compare abiertamente la política de hoy con la de ayer, que se contrapongan entre sí los virajes. Cuanto más sucia está la conciencia de la fracción dominante, más se transforma en un conjunto de oráculos que hablan una lengua esotérica y exigen el reconocimiento de la infalibilidad del oráculo principal”18. Fue precisamente la autopreservación de la burocracia estalinista la que, frente a una crisis que amenazó las bases mismas del Estado obrero -es decir su base de sustento- la empujó a un viraje ultraizquierdista. El triunfo de Stalin significó la consolidación de la degeneración del partido bolchevique y por ende del Estado Obrero.


La colectivización e industrialización forzosa en cifras [*]

10.000.000 de personas son apartados de sus hogares en calidad de “kulaks” y “contrarrevolucionaros.
4,1% son las familias en koljoses (granjas colectivas) en 1929, en 1930, 51,7%.
25 millones de pequeñas explotaciones pasaron a 240.000 koljoses y 4000 sovjoses (cooperativas agrarias).
55% de las caballerías, 40 % de los bovinos, 55 % de los cerdos y 66% de las ovejas fueron sacrificados por los campesinos en respuesta a la imposición de ingresar a los koljoses.
7.000 tractores son los que se disponen al inicio de la colectivización, en 1929. 1.500.000 tractores se necesitan, según Pravda, para la colectivización completa.
25% se redujo la producción bruta de la agricultura en 1933 respecto de 1928.
Varios millones mueren de hambre en las zonas rurales en 1932-33.
100% aumenta el número de obreros entre 1928 y 1932.
200% aumento de la producción de carbón y hierro y 5 veces aumenta la potencia de las centrales eléctricas.
250% aumenta el producto industrial en la URSS contra la disminución del 25 % en EEUU por los efectos de la crisis capitalista mundial.
50% es la baja del salario medio real en 1932 respecto de 1928.
75% de los obreros reciben pago por destajo en 1933. Y el 20 % de los asalariados recibe el 40,3 % del total de la masa salarial. 80 veces más ganan los especialistas más privilegiados respecto de un peón.
1/3 fue la reducción de las exportaciones soviéticas y ¼ las importaciones entre 1930 y 1935.

Algunos coeficientes relativos en la industria respecto de EEUU [**]

 EEUU URSS 
Dedicación a la Agricultura [personas] 1 cada 2,74 cada 5 
Energía de la instalación mecánica primaria industrial [caballos de fuerza]35,8 millones4,6 millones
Producción metalúrgica Comparación [año]18801929
Red Ferroviaria [km/100 km2]51,513,7(parte europea)1  (parte asiática)
Automotores Producción mundial [%]800,1
Producción neta per cápita (comparación)10 veces mayor 

[*] Datos extraídos de Pierre Broué, Historia del Partido Bolchevique e Isaac Deutscher, El profeta desarmado.

[**] León Trotsky, op. cit., Los éxitos del socialismo y los peligros de aventurerismo.

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1 Pierre Broué, El partido Bolchevique, p. 161.
2 Isaac Deutscher, El profeta desterrado, Ed. Era, 1969, México, p. 71.
3 Ni los emigrados mencheviques o socialrevolucionarios, que con la ayuda de la II Internacional habían hecho agitación contra el gobierno bolchevique, habían sido privados de su ciudadanía. Para amalgamar la represalia a Trotsky, Stalin en el mismo decreto deportaba a 30 emigrados mencheviques. La deportación de Trotsky se llevó a cabo con el argumento de ejercer “actividad contrarrevolucionaria”, sin especificar sus delitos. Trotsky, su compañera Natalia Sedova y su hijo Liova, van a residir en Prinkipo o las Islas de Príncipes, a hora y media por vapor desde Constantinopla.
4 The conscience of the revolution, Robert V. Daniels, Harvard University Press, London, 1960, p. 374.
5 La readmisión fue aceptada para aquellos que se retractaran absolutamente de sus ideas y su pasado fraccional. Preobrazhensky fue rehabilitado en 1929, expulsado en 1931 y nuevamente rehabilitado poco después. Fue visto por última vez en el Decimoséptimo Congreso del Partido (1934) donde, al igual que otros ex militantes de la Oposición de Izquierda se autocriticó por su pasado y denunció a Trotsky. Durante las purgas siguientes se negó a firmar una confesión y fue fusilado sin juicio previo. Radek, fue readmitido en 1930 y expulsado nuevamente en 1936. Fue condenado a 10 años de cárcel en el segundo Juicio de Moscú, donde murió en 1939.
6 Posteriormente capitularon Ivan N. Smirnov, Mijail Boguslavski, Serguei Mrajovski y Alexander Beloborodov.
7 Sobre la actividad de la Oposición de Izquierda ver Pierre Broué, Los trotskistas en la URSS en Boletín 2008. En 1934, l'Humanité publicó un despacho de Moscú anunciando que Rakovsky había capitulado. Sin embargo el investigador Pierre Broué da otra versión. Ver del autor, Lucha por la historia, lucha por la revolución, en la sección Investigaciones, Ensayos, Debates.
8 Ver en “La Polémica Bujarin- Preobrazhensky” en este Boletín.
9 Escritos de León Trotsky (1929-1940), Agrupamientos en la Oposición comunista, 31/3/29.
10 León Trotsky, Naturaleza y dinámica del capitalismo y la economía de transición (compilación), CEIP, Bs. As., 1999, p. 434.
11 Posteriormente, todos los Estados obreros fueron fundados sobre la base de la teoría del socialismo en sólo país y aplicarían planes quinquenales similares a los de Stalin.
12 León Trotsky, op.cit, 502.
13 León Trotsky, op. cit., p. 481.
14 Ver artículo “La Oposición de Izquierda y la Internacional Comunista” de este Boletín.
15 León Trotsky, op. cit, p. 433.
16 León Trotsky, op. cit., 430.
17 León Trotsky, op. cit., 439.
18 León Trotsky, op. cit., p. 510.