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Uno de los más grandes clásicos de la literatura política del siglo XX

LVO charló con parte del equipo que realizó el tomo 3 de las Obras Escogidas de León Trotsky, “La lucha contra el fascismo en Alemania”, de reciente aparición, publicado por Ediciones IPS y el CEIP “León Trotsky” junto al Museo Casa León Trotsky de México.

Por este aniversario, se están publicando y reeditando ensayos históricos, notas conmemorativas en diarios y revistas. ¿Qué tienen de particular los escritos de Trotsky?

Guillermo Iturbide: Se trata de uno de los más grandes clásicos de la literatura política del siglo XX. A diferencia de la mayoría de las publicaciones académicas, que se desarrollaron sobre todo como un campo de estudio desde los ’70, los trabajos que forman la compilación que publicamos, fueron escritos como textos urgentes, de combate político. Trotsky busca, en una carrera contra el tiempo, convencer y materializar sus ideas en la vanguardia del proletariado alemán, en el momento mismo en que ocurrían los hechos, frente al peligro contrarrevolucionario enorme que se levantaba ante ella y que él vio mejor que nadie. Sus escritos son reconocidos ampliamente por intelectuales y personalidades dentro y fuera del marxismo, por tener una profundidad y sofisticación teórica que no alcanzaron ni sus contemporáneos ni los estudiosos del tema muchas décadas después. La compilación es la más completa que conocemos sobre el tema, incluso más que las publicadas en Alemania, y en inglés y francés.

¿Qué causas y condiciones sociales permitieron el ascenso del fascismo en Alemania?

Andrea Robles: Como explica Trotsky, se ve afectada por los tres grandes fenómenos característicos de la época: uno, la guerra imperialista, ya que Alemania sale derrotada en la Primera Guerra y los aliados le imponen el Tratado de Versalles. Tratado que implicaba una serie de onerosas exigencias de reparaciones de guerra que la condenaron a la crisis y a la hiperinflación: un enorme obstáculo para la expansión de sus fuerzas productivas tratándose de una potencia imperialista ascendente, junto con EE.UU. y a diferencia de Francia y Gran Bretaña que estaban en decadencia. La crisis económica mundial con el crack de 1929, que implicó en Alemania una terrible catástrofe económica y social que, entre otras cuestiones, aceleraron las tendencias de la burguesía a intentar superarla mediante una nueva guerra, y la necesidad de atomización del proletariado para eso. El tercer elemento es la revolución: más precisamente la derrota de la onda expansiva de la Revolución Rusa que en Alemania fueron dos, la de 1918-19 y la de 1923. Durante los cinco años siguientes, hasta el estallido de la crisis del ’29, la política de la socialdemocracia (SPD) y del Partido Comunista Alemán (KPD) logrará que el nazismo se vaya consolidando como una alternativa para las masas. Con el nuevo ascenso revolucionario que empezó en el ‘29/30, Trotsky demuestra que no fue solamente el peso de aquellas derrotas lo que permitió el triunfo del fascismo en Alemania, sino la falta de un partido revolucionario.

¿Cuál era la relación del fascismo con las distintas clases sociales?

GI: Las clases medias, que eran casi la mitad de la nación, caen en la ruina. A la burguesía le hace falta oponer a la presión del movimiento obrero, la presión de la pequeñoburguesía, a la que necesita poner en pie, movilizarla y armarla. Es el fascismo el único partido capaz de capitalizar su desesperación y su odio y orientarlo contra la clase obrera. Esto el fascismo lo logra con creciente éxito en la medida en que el proletariado, debido a la política de los socialdemócratas y los estalinistas, no logra mostrarse como una alternativa radical, capaz de dirigir a las clases medias y su desesperación hacia la superación revolucionaria de la república burguesa en crisis.

¿Con qué política el proletariado podría haber pasado a la ofensiva y dirigido a esas clases medias?

Nicolás Bendersky: Para la dirección de la socialdemocracia había que unir al proletariado con la burguesía “democrática” contra los “enemigos de la República”. Los estalinistas consideraban que lo que había que hacer centralmente no era enfrentar al fascismo sino a la socialdemocracia (a la que consideraban como un fascismo disfrazado de izquierda, más pernicioso que el verdadero fascismo)1. Para Trotsky, en cambio, el proletariado tenía que presentar un frente único de todos sus sectores (principalmente socialdemócratas y comunistas) contra los nazis. Esto es una cuestión crucial de su pelea política por lo que el libro se convierte prácticamente en una escuela sobre el frente único. Si en Alemania no se dio fue por responsabilidad del SPD y el KPD. Por eso tras la ratificación de esta política por parte de la Internacional Comunista (dirigida por Stalin), Trotsky y la Oposición de Izquierda consideran finalizado la posibilidad de su reforma, romperán y llamarán a luchar por la construcción de una nueva Internacional, la IV.

¿Qué nos pueden decir de los movimientos actuales de corte neofascista en Europa a la luz de este libro?

Marcela De Luca: Se trata de grupos que crecen con las tendencias a la crisis económica y social, que expresan un cuestionamiento por derecha a la Unión Europea basándose en una defensa de sus propios imperialismos nacionales. Sus acciones xenófobas son parte de esa propaganda nacionalista. Sin embargo, no es posible extrapolar mecánicamente el fenómeno fascista que ocurrió en Alemania a estos grupos actuales aunque este libro da muchos elementos para pensar este tipo de tendencias. Trotsky justamente remarca la importancia de definir de manera concreta y precisa estos fenómenos, así como también los regímenes, ya que marcan relaciones entre las clases muy importantes a tomar en cuenta para la política revolucionaria.

¿Qué más pueden contar de este libro?

MDL: Se me ocurre que uno podría pensar este libro como parte de una tetralogía, que arranca con Stalin, el gran organizador de derrotas (volumen 1 de las Obras, que ya publicamos el año pasado), sigue con este libro y continúa con ¿Adónde va Francia? (que publicaremos en unos meses junto a su inédito Diario del Exilio), y sus escritos sobre la Revolución Española (que publicaremos el año que viene) que resume lo más jugoso de las enseñanzas teóricas y políticas de los grandes eventos de revolución y contrarrevolución de la convulsiva década del ’30 en Europa Occidental.

AR: Hemos incorporado a una camada de compañeros de varios años de militancia y otros más nuevos en el PTS, que participaron en distintas etapas de la edición y que militan en distintas estructuras e incluso diferentes ciudades. Esta incorporación se debe a que el PTS, impulsando las ediciones del CEIP y del IPS, busca amplificar las ideas del marxismo a un auditorio mucho mayor que requiere muchos más recursos. Estamos preparando una serie de instrumentos apuntando a ampliar la escala del staff editorial. Invitamos a todos los lectores de LVO a abordar apasionadamente la lectura de estos escritos.

1 Ésta orientación del KPD provenía de la línea “ultraizquierdista” que le impone la burocracia de la URSS desde 1928.



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