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Un aporte a la revolución socialista del siglo XXI

por Andrea Robles

El pasado mes de abril, el CEIP “León Trotsky” anunció en Argentina el lanzamiento de las Obras Escogidas de León Trotsky, editadas por el IPS “Karl Marx” y coeditadas por el Museo Casa de León Trotsky de México. En dicha ocasión presentamos el primer tomo Stalin, el gran organizador de derrotas con el apoyo de su nieto, Esteban Volkov, quien se dedica a la labor de rehabilitación del legado de su abuelo y es patrocinador de nuestro Centro desde hace varios años. El anuncio se realizó en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y fue saludado por intelectuales de nuestro país así como también por dirigentes de otros grupos que se reivindican trotskistas, como el Partido Obrero e Izquierda Socialista con quienes integramos el FIT [1] . Para este nuevo aniversario del asesinato del revolucionario ruso junto a la publicación del segundo tomo Mi Vida: intento autobiográfico, presentaremos las Obras Escogidas en México en la Casa Museo, Chile, Bolivia y Uruguay.

En casi medio siglo de lucha a favor del socialismo, en medio de agudos acontecimientos de la lucha de clases que forjaron a los revolucionarios más templados y tenaces, Trotsky jugó un rol muy importante desde las primeras manifestaciones de la revolución proletaria. En Rusia, en 1905, con tan sólo 25 años presidió el primer soviet de la historia y después junto a Lenin, con el triunfo de 1917, lograron conquistas que hasta hoy ninguna sociedad del mundo ha conseguido. La vasta obra del fundador del Ejército Rojo, prosiguió con el combate contra el estalinismo y se extiende también a otros terrenos como el arte, la cultura y la vida cotidiana. En la década del ‘30, frente a la debacle del capitalismo, su obra permitió comprender fenómenos nuevos como el fascismo, plantear un programa y una política para derrotarlo así como para el triunfo de las revoluciones como la de España. Como él lo consideró, su gran obra fue la fundación de la IV Internacional y su programa transicional para la revolución socialista mundial.

Las Obras Escogidas de León Trotsky que presentamos incluirán su obra clásica ¿Adónde va Francia?, la Historia de la Revolución Rusa, 1905, Literatura y Revolución o La lucha contra el fascismo en Alemania, entre otros; libros poco conocidos como Perfiles Políticos o que aún no fueron publicados en español, como el Diario del exilio y compilaciones del CEIP, como Escritos Latinoamericanos. Los más de veinte tomos que comprenderán las Obras Escogidas implican un trabajo minucioso de revisión, cotejo y mejoramiento de las ediciones en base a la investigación de fuentes que aún no han sido traducidas o que son poco conocidas. En muchos casos, constituyen nuevas compilaciones temáticas basadas en sus obras fundamentales.

Para llevar adelante este ambicioso proyecto editorial nos basamos en experiencias anteriores que se hicieron en la década del ’70, como la que emprendió la editorial Ruedo Ibérico en España, Juan Pablos editor en México o Pluma en Argentina. También contamos con valiosos trabajos como los realizados por investigadores como Pierre Broué, Al Richardson o Jean Jaques Marie entre otros, además de la colaboración que recibimos por parte de intelectuales y estudiantes que simpatizan con nuestra labor. Desde que fundamos el CEIP “León Trotsky”, hace 14 años, nos concentramos en la investigación y publicación de numerosos libros, cuadernos y boletines que junto al acervo de fuentes bibliográficas constituyen una base para relanzar nuestra labor en una nueva escala. La coedición con el Museo Casa de León Trotsky y el respaldo de Esteban Volkov es muy auspicioso para realizar los objetivos que nos proponemos, como es lograr una difusión que alcance a todos los países de habla hispana como Chile, Cuba, México y España, pero también a Brasil y EE.UU.

Una escuela de estrategia revolucionaria en la época imperialista

En la actualidad el mundo atraviesa una crisis capitalista sólo comparable con la de la década del ‘30. Este hecho plantea una revalorización de la obra de León Trotsky, como afirma Esteban Volkov en la introducción al primer tomo de las Obras Escogidas: “La humanidad está entrando en un período de asombrosos avances científicos y tecnológicos, pero las estructuras ancladas en el pasado, basadas en la codicia y el parasitismo de un caótico y obsoleto capitalismo, rechazan toda innovación y progreso en el terreno socio-económico. Más que nunca, el dilema es ‘barbarie o socialismo’: para salir de la barbarie del capitalismo, sólo queda retomar el camino al socialismo. (…) Para lograr estos objetivos, nada más valioso que el inmenso arsenal ideológico legado por el indomable revolucionario León Trotsky durante sus 43 años de lucha, 42 de los cuales militó bajo las banderas del marxismo”.

Stalin, el gran organizador de derrotas, el primer tomo de nuestras Obras, reúne las discusiones que Trotsky y la Oposición de Izquierda hicieron a raíz del proyecto de programa presentado por Bujarin al VI Congreso de la Internacional Comunista (IC). La Oposición dio esta pelea desde las cárceles y lugares remotos de deportación a los que los condenó Stalin. Poco tiempo antes de que estallara el crack de 1929 los debates giraron alrededor de las cuestiones estratégicas y tácticas relativas a los problemas vitales del movimiento obrero mundial: sobre la “teoría del socialismo en un solo país” de Stalin, las consecuencias para la URSS y la Internacional y los distintos virajes políticos, como el que se votó en aquel Congreso conocido como “tercer período”, que derivó en una política sectaria hacia la socialdemocracia permitiendo el triunfo del fascismo en Alemania. Esta discusión que hacía a los grandes problemas de la estrategia y su relación con las tácticas, también fue realizada al calor de las lecciones de la intervención de la Internacional Comunista en la revolución alemana de 1923, en la revolución china de 1925-27 y en la gran huelga general inglesa de 1926, durante los cinco años previos a la realización del VI Congreso.

Como muestran las elaboraciones realizadas a raíz de su publicación [2], este primer tomo de las Obras ofrece elementos valiosos para pensar acerca de los grandes problemas de nuestra época y arrojan luz sobre la justeza de las posiciones tanto teóricas como políticas de Trotsky.

Una interpretación “liberal” de Trotsky para el siglo XXI

La actualidad de sus ideas se muestra con certeza ante la aparición reciente de distintas biografías de Trotsky en el mercado editorial. Si tomamos en cuenta que en la década del ‘90 sólo se conoció una biografía del revolucionario ruso, emblemática ya que además se trataba de un ex general ruso, Dimitri Volkogonov que en el apogeo del neoliberalismo escribió Trotsky: The eternal revolutionary (Trotsky: el eterno revolucionario) junto a su pasaje personal de comprometido estalinista a ferviente anticomunista. Por el contrario, en los últimos años fueron publicadas varias biografías, algunas históricas y otras literarias. Algunas incluso han tenido una repercusión pocas veces vista en libros de esta naturaleza. Lo más llamativo es que la mayoría pertenecen a sovietólogos, académicos de las universidades más importantes de EEUU y Gran Bretaña y que sus biografías son editadas por sus imprentas o por editoriales de renombre.

En momentos donde crece el interés por la ideas de Trotsky, el consenso común entre las académicos liberales es convertir su legado en un nuevo mito, es decir, convertirlo en un personaje de la historia, del pasado y no para la acción política actual. Y aunque con distintas consideraciones sobre sus aciertos, virtudes, críticas o errores, todos coinciden en que, más allá de alguna pequeña diferencia, se trate de Lenin, Trotsky o Stalin, el destino de la Revolución Rusa iba a ser el mismo.

La Universidad de Yale, donde se graduaron George W. Bush y Bill Clinton, por ejemplo, publicó hace menos de un año una biografía del profesor Joshua Rubenstein, León Trotsky: A Revolutionary’s Life (León Trotsky, la vida de un revolucionario) con el slogan publicitario de una “interpretación para el siglo XXI”. La conocida sovietóloga Sheila Fitzpatrick, que publicó una reseña del libro en The Guardian, coincide con la publicidad de Yale y la necesidad de esta “nueva” interpretación de Trotsky, cuando “estamos en un mundo post-siglo XX, en el que la Unión Soviética y el comunismo internacional han terminado (en palabras del propio Trotsky) en el basurero de la historia, dejando sólo unas pocas grandes personalidades, convertidos en mito, ascendiendo a la cima de los escombros”. Y continúa: “al terminar de leer este libro, he visto el futuro de Trotsky en la biografía popular como Napoleón del siglo XX, el héroe imperfecto, que se eleva y cae finalmente. Napoleón es inolvidable, aunque sólo sea por virtud de su fuga de Elba y el palíndromo asociado a él. Lo mismo será verdad para Trotsky, aunque sólo sea por el picahielo” [3].

No obstante, Robert Service, con Trotsky: una biografía (2009), es quien más lejos ha llegado en este cometido aunque por otros caminos. Británico de origen, Service es académico de la Universidad de Oxford y del Instituto Hoover de la Universidad de Harvard, otros de los grandes centros educativos del imperialismo, caracterizados por su orientación conservadora. Éste último editó su biografía en EEUU. La voluminosa obra de 600 páginas fue presentada como una investigación seria basada en la consulta de importantes archivos pero ocultó demasiado poco su propósito de cometer el equivalente literario de un asesinato, como el mismo autor afirmó. Además de banalizar hechos de la vida del fundador de la IV Internacional, comete errores fácticos que han originado hasta el descrédito de la propia academia. Bertrand Patenaude, otro de los recientes biógrafos de Trotsky (Trotsky: Downfall of a Revolutionary, Trotsky: caída de un revolucionario, 2009 [4]) y colega de Service en Hoover, la criticó por contener “docenas de errores, tergiversar pruebas y evidenciar la falta de un examen serio de las idea políticas de Trotsky” [5]. Sheila Fitzpatrick, en cambio, si bien cuestionó la frivolidad y un enfoque que dejan mal parada la objetividad, considera que “Service asume la posición crecientemente común entre los académicos actuales de que daba lo mismo uno que otro” en un momento en que “a juzgar por las entradas de Google, Trotsky sigue siendo famoso en todo el mundo” [6].

Pero las críticas han sido más agudas, como la de 14 historiadores de universidades alemanas y austríacas que, en una carta abierta dirigida a la prestigiosa editorial Suhrkamp, directamente pidieron que no fuera publicada, por el carácter antisemita de la biografía, los errores y “hasta la flagrante tergiversación (por ejemplo, la posición de Trotsky sobre la autonomía y la ‘parcialidad’ en el arte y la literatura)”. Consideraron la biografía de Service como un pasquín y con el objetivo de desacreditar a Trotsky “lamentablemente recurre a menudo a las fórmulas asociadas a la propaganda estalinista” [7]. David North escribió el libro In Defence of Leon Trotsky para refutar las falsedades vertidas en la biografía de Robert Service. Y Paul Le Blanc, profesor de la Universidad de La Roche (Pittsburgh) y autor de varios libros marxistas, en una extensa reseña que escribió con el mismo objetivo que North, consideró con razón que en esencia “el problema desde el punto de vista de Service (y el del Instituto Hoover) es que los objetivos socialistas revolucionarios son simplemente imposibles de alcanzar” [8], volviendo a recalcar el espíritu que reina en la academia.

La aparición de las Obras Escogidas para los países de habla hispana también surge para sumarse a estas iniciativas de confrontar con los académicos que buscan moldear una interpretación liberal para el siglo XXI. La pronta aparición de la biografía del propio Trotsky, el segundo tomo de las Obras, se da en este marco propicio para poner en evidencia las falsificaciones que se hacen sobre su vida y obra.

“Mi Vida: intento autobiográfico”

Trotsky escribió su biografía en 1929, después de su expulsión de la URSS y en medio de una dura lucha contra el estalinismo. Pasó de ocupar los puestos más altos en el gobierno revolucionario, a ser confinado en la isla de Prinkipo, en Turquía, con el fin de aislarlo de su país, de sus camaradas y muchos de sus familiares. Por eso contra todo intento de dramatismo invoca al comienzo de su biografía las circunstancias que lo llevaron a escribirla:

“Si escribiera estas Memorias en otras condiciones –es dudoso, por otra parte, que hubiese podido escribirlas en otras condiciones– me sentiría molesto al relatar muchas de las cosas que cuento en estas páginas. Pero no puedo ignorar esta gran falsificación del pasado, bien organizada, que es una de las principales preocupaciones de los epígonos. Mis amigos están encarcelados o deportados. Estoy obligado a contar cosas de mí mismo que en otras condiciones nunca habría contado. Para mí, no se trata solamente de la verdad histórica; se trata de una lucha política que aún continúa” [9].

De esta forma revela el carácter político de su biografía y los sucesos de su vida que “están de tal manera insertos en la trama de los hechos históricos, que es casi imposible arrancarlos de ella.” Una época llena de acontecimientos tales como las guerras y las revoluciones hace difícil y superficial el intento de banalizar la vida del gran revolucionario tomando en cuenta la influencia que ejercen en la vida de las personas hechos de esa naturaleza, forjando un espíritu que académicos neoliberales como Service no pueden imaginar.

El historiador Gabriel García Higueras en su introducción a esta edición de Mi Vida se encarga de resaltar estas cuestiones: “Trotsky sitúa su trayectoria dentro de un amplio escenario histórico describiendo su acción en la fluencia de la corriente revolucionaria. Por tal razón, su relato se ha convertido en una fuente de lectura imprescindible para el conocimiento y la comprensión del hecho revolucionario que gravitó de forma preponderante en el siglo XX”.

Esta edición se publica con otros textos autobiográficos y un apéndice escrito por Alfred Rosmer, compañero de ideas y amigo de Trotsky, y que complementa los años posteriores a la publicación de Mi Vida hasta su asesinato en 1940. Allí Rosmer hace un racconto acerca de los intensos momentos vividos en sus distintos exilios. Como Higueras, creemos que esta nueva edición encontrará “a una nueva generación de lectores, quienes descubrirán en el relato de vida del revolucionario León Trotsky uno de los documentos políticos más memorables y acabados de la historia contemporánea”.

[1] Todo lo referido a la presentación de las Obras Escogidas y Stalin, el gran organizador de derrotas, se puede ver en el Boletín publicado en abril de 2012 en www.ceipleontrotsky.org

[2] Ejemplo de ello es la presentación del libro y el seminario realizado por el PTS de Argentina. Otros artículos y debates posteriores pueden consultarse en www.ips.org.ar.

[3] http://www.guardian.co.uk/books/201...

[4] Fue publicada en Gran Bretaña con el título Stalin’s Nemesis: The Exile and Murder of Leon Trotsky.

[5] http://ahr.oxfordjournals.org/conte...

[6] http://www.lrb.co.uk/v32/n08/sheila...

[7] http://www.wsws.org/articles/2011/n...

[8] http://links.org.au/node/1440.

[9] León Trotsky, Mi Vida, Obras Escogidas, Ediciones IPS, 2012.



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