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Boletín Nº 1 (Abril 2003)

Resolución: la intervención americana en China

Resolución: la intervención americana en China

Comité Ejecutivo de la IV Internacional, 31 de marzo de 1941, Fourth International y Les Congrès de la Quatrième Internationale, Tomo 2

 

1 - La emancipación de China del yugo del imperialismo se repite como tarea para el proletariado chino, apoyado por las masas campesinas. La burguesía nacional es incapaz de arrancar al país del estancamiento y no puede conducir una lucha victoriosa contra una sola potencia imperialista, Japón, por lo tanto, tampoco puede luchar en forma consecuente para liberar a China de la dominación extranjera. Su lucha contra una potencia imperialista no hace más que ubicarla en la órbita de otra potencia.

Durante un cierto número de años, la burguesía nacional, representada en la persona de Chiang - Kai shek, recurrió a una política de "no - resistencia" frente al bandolerismo de Japón, y prefirió dirigir sus fuerzas contra los obreros y los campesinos chinos. Luego de haberse embarcado en la guerra contra Japón, cuando ya no tenía otra posibilidad, Chiang - Kai shek nunca se olvidó de luchar contra el pueblo chino, oponiéndose a las reformas sociales, incluso a las más modestas, y aplastando todo movimiento independiente de las masas. Los recientes ataques de Chiang - Kai shek contra los nuevos 4º y 8º ejércitos de ruta2 muestran que su política reaccionaria ni siquiera puede tolerar las mínimas reformas democráticas introducidas por estas fuerzas controladas por los stalinistas.

Si, a pesar de esta política social reaccionaria, se hubiera podido detener el avance japonés, y si la guerra hubiera alcanzado un punto muerto, se podría decir con certeza que el imperialismo japonés habría sido obligado durante mucho tiempo a abandonar la tierra candente de China si únicamente la revolución agraria hubiera abrazado el país. El hecho que Chiang - Kai shek hoy se vea forzado a girar cada vez más hacia el imperialismo americano (y británico), preparando así una nueva opresión para China, es la consecuencia directa del temor que la burguesía nacional experimenta frente a su propio pueblo y de su incapacidad de movilizar las fuerzas revolucionarias de la nación contra el invasor japonés. 

2 - Persiguiendo su "evidente destino", el imperialismo norteamericano se prepara para ocupar las posiciones del Imperio británico en el Extremo Oriente, incluida la China, y para asegurar la derrota de su rival japonés en el Pacífico. Washington proyecta vencer a Japón en la guerra, expulsar a los imperialistas japoneses de China y ejercer su soberanía sobre el pueblo chino. Los preparativos en esta dirección están dados por los movimientos militares, navales y aéreos, en el Pacífico, y la creciente "ayuda" otorgada a Chiang - Kai shek en forma de préstamos y de suministros de guerra.

Aun cuando se reconozca la necesidad de China de aceptar la ayuda material norteamericana en la guerra contra Japón, los revolucionarios no pueden ignorar el peligro que se esconde detrás de esto. Deben combatir la idea que el imperialismo norteamericano actúa con bondad hacia China y explicar a las amplias masas el verdadero móvil de esta ayuda, a saber, la preparación de una nueva esclavitud para el mañana.

Si los imperialistas "amigos" piden que su ayuda se pague con derechos económicos preferenciales, concesiones, base militares, etc., los revolucionarios deben oponerse a tales transacciones que, en última instancia, significará para China el reemplazo de un imperialismo por otro, pagando dicho cambio con la sangre de las masas chinas.

Si la burguesía china procede a tales transacciones, los revolucionarios deben denunciarlas como una traición a la lucha de China por su emancipación. Pero no "castigarán" a Chiang - Kai shek declarándose "derrotistas" en la guerra de China contra Japón. Continuarán pronunciándose por la defensa de China, a pesar y contra la burguesía china.

3 - Las rivalidades imperialistas en el Pacífico llevan directamente a un conflicto armado. Cuando EEUU le haga la guerra a Japón, y quizás incluso antes, una alianza militar entre Washington y Londres con Chong King3 estará a la orden del día. Sin embargo, el hecho que la guerra entre los imperialismos japonés y americano (en la que Chiang - Kai shek será un aliado subalterno de éste), tenga un carácter puramente imperialista no suprime los problemas planteados para la lucha de China contra los invasores japoneses.

Los revolucionarios deben explicarle a las masas chinas que la alianza de su burguesía nacional con el imperialismo norteamericano es la consecuencia inevitable de la dirección reaccionaria dada por Chiang - Kai shek a la guerra contra Japón; deben explicar que el aplastamiento de todo movimiento independiente a favor de reformas sociales y, seguidamente, la alianza con Washington son dos aspectos de la misma política, y que esta política no puede asegurar la emancipación del país, ni hacer avanzar la liberación social del pueblo chino. En oposición al entusiasmo oficial por los "liberadores" imperialistas norteamericanos y su misión, los revolucionarios denunciarán los verdaderos objetivos del imperialismo del dólar y mostrarán el gran peligro que reserva para China, el peligro de una nueva esclavitud. A la política reaccionaria de Chiang - Kai shek, le opondrán el programa de una guerra revolucionaria basada en cambios sociales drásticos (la tierra a los campesinos, el control obrero de la producción, etc.)

Pero esto no le impedirá a los revolucionarios seguir estando a favor de la victoria de los ejércitos chinos contra el invasor japonés. La alianza Washington - Chong King y el torrente de ayuda material americana al régimen de Chiang - Kai shek no eliminarán la tarea de echar al imperialismo japonés del suelo chino. Pero, paralelamente a esta tarea, se hace cada vez más importante explicarle a las masas chinas el verdadero carácter de la intervención norteamericana y mostrarles que la salida eventual de la guerra contra Japón depende de los medios con los cuales se conquiste la victoria. Una victoria obtenida vendiendo las riquezas del país a otra potencia imperialista sólo puede preparar nuevas formas de opresión para el pueblo chino.

La creciente colaboración entre Chiang - Kai shek y los imperialistas norteamericanos ya tuvo repercusiones bajo la forma de ataques dirigidos por Chiang - Kai shek contra los ejércitos campesinos controlados por los stalinistas. Aunque condenando la política de colaboración de clases de los dirigentes stalinistas chinos, que ha facilitado estos ataques, los revolucionarios proclaman su solidaridad con los valientes combatientes campesinos que están bajo una dirección stalinista y su disposición a unirse a ellos para resistir a los movimientos contrarrevolucionarios de Chiang - Kai shek.

4 - La alianza de Washington con Chong King en una guerra contra Japón dará a los imperialistas norteamericanos la oportunidad de cubrir su empresa de frases sobre la democracia y la libertad en China. Pero los obreros norteamericanos no pueden confiarle a sus explotadores - los imperialistas más poderosos del mundo entero - la tarea de liberar a China de las garras del imperialismo japonés. La "defensa" de China por parte del imperialismo americano es, en realidad, la preparación de una nueva esclavitud en ese país. Una "unión sagrada" del proletariado americano con su burguesía, realizada en nombre de la defensa de China, y el abandono de la lucha por el poder por parte del proletariado, significarían que mañana China será pillada por Wall Street. El imperialismo norteamericano se reforzará a expensas de las masas chinas y de la clase obrera norteamericana. Los Estados Unidos soviéticos de América son la mejor garantía de la independencia de China, de su emancipación, del detenimiento del atraso social y de su desarrollo hacia el socialismo. Para preparar esto, la lucha de clases no se puede detener ni un instante.

5 - Si el ejército chino se muestra incapaz, incluso con una ayuda norteamericana grandemente acrecentada, de expulsar rápidamente al invasor japonés, los imperialistas norteamericanos buscarán desembarcar con sus propias tropas en China y apoderarse de la lucha de China contra Japón, creando un comando único bajo su propio control. El deber de los revolucionarios chinos será oponerse a la subordinación de las operaciones militares chinas a la estrategia y a los objetivos de guerra del imperialismo norteamericano. Además, China no necesita brazos suplementarios para echar al invasor japonés. En consecuencia, los revolucionarios chinos deben condenar el desembarco de fuerzas armadas norteamericanas en China como una empresa puramente imperialista y deben movilizar a las masas chinas para oponerse a esto. En esta lucha, deben recibir el apoyo de los revolucionarios en EEUU que deben oponerse con fuerza al envío de fuerzas armadas norteamericanas a China y exigir el retiro de las que ya se encuentran allí. Si envían fuerzas armadas norteamericanas, los revolucionarios deben esforzarse en unir a los soldados chinos y norteamericanos contra los imperialistas reaccionarios y sus aliados burgueses chinos.

6 - La tendencia creciente de un control norteamericano sobre la lucha de China estará necesariamente acompañada por una intensificación de todos los antagonismos sociales y políticos en los ejércitos chinos así como en todo el país. Surgirán centros de resistencia antiimperialista en todos los ejércitos y entre los obreros y campesinos para destituir a Chiang - Kai shek y a su banda, quienes han dirigido la guerra contra Japón para venderse a Wall Street a un precio más ventajoso. En estas condiciones, el programa revolucionario de defensa de China - milicias obreras y campesinas basadas en serias reformas sociales en la ciudad y en el campo - se hará cada vez más real.

7 - Toda derrota militar mayor que sufra Japón como consecuencia de la intervención norteamericana en el Extremo Oriente creará movimientos revolucionarios entre las masas en Manchukuo, en Corea, en Formosa, y estimulará un brote revolucionario en China. Confrontados a la expansión de este levantamiento revolucionario, los imperialistas norteamericanos se preocuparán menos de combatir a Japón que de aplastar un movimiento independiente de las masas que amenazará al conjunto de su posición. Al igual que la guerra contra Japón condujo a Chiang - Kai shek a volverse un instrumento del imperialismo norteamericano, las masas chinas, aliadas a sus hermanos de clase en el imperio japonés, avanzarán en dirección a la revolución social.

Comité Ejecutivo de la IV Internacional, 31 de marzo de 1941

Traducido de Fourth International, mayo de 1941, revista del SWP de EEUU

* Traducción inédita al español realizada por el CEIP LT de la versión publicada en Les Congrès de la Quatrième Internationale, T2, R. Prager, Ed.
La Brèche, Francia.

2. Fuerzas militares salidas del antiguo Ejército Rojo, bajo el mando del PC chino y de Mao tsé Tung.

3. Sede del gobierno de Chiang - Kai shek.