Logo
Logo
Logo
Obras Escogidas de León Trotsky: una guía para el presente

Obras Escogidas de León Trotsky: una guía para el presente

Ante un nuevo aniversario de su asesinato y próximos al mes de octubre en que se cumplen 100 años de la Revolución rusa, la iniciativa de recuperar su legado sigue siendo imprescindible. No solo para que las nuevas generaciones de trabajadores, mujeres y jóvenes no partan de cero en sus experiencias y luchas actuales. También porque frente a una nueva crisis económica mundial que promueve mayores penurias, respuestas del movimiento de masas y fenómenos políticos como los de las últimas semanas en EEUU y Europa, el escenario convulsivo de Medio Oriente y Asia y sus repercusiones en el Primer Mundo, los escritos de Trotsky se vuelven, por las lecciones y debates que concentran, herramientas para los desafíos de nuestra época.

Protagonista junto a Lenin de la Revolución de Octubre, creador del Ejército Rojo. Tenaz combatiente contra la burocratización estalinista de la URSS. Teórico marxista revolucionario hasta el último de sus días… Su vasta obra condensa las experiencias más avanzadas que dio la lucha de clases, así como también los problemas teóricos y políticos subyacentes en pos de la perspectiva de superar al sistema capitalista.

En esta nota recorreremos cada una de las Obras Escogidas (OE) de León Trotsky –publicadas por Ediciones IPS, el CEIP “León Trotsky” junto a la Casa Museo de México y auspiciadas por su nieto Esteban Volkov– destacando algunos de sus aportes y artículos más trascendentes, desde el punto de vista de su actualidad.

La revolución que hizo estallar todo por los aires

En su obra Mi Vida. Intento autobiográfico (OE N° 2, 1929), Trotsky realiza, con gran detalle y extraordinaria estética literaria, un relato pormenorizado desde su infancia hasta su exilio, pasando por los agitados días de Octubre, y los primeros años de la degeneración de la Unión Soviética.

Cuenta en primera persona, por ejemplo, que cuando en 1917 los bolcheviques tomaron el poder en Rusia su objetivo central era dar un primer paso en la extensión de la revolución socialista internacional. En esos días, parecía que la historia estaba “arrebatadoramente inspirada”: los olvidados, los oprimidos, los dominados, por primera vez habían tomado el poder y empezaron a construir su propia sociedad.

Mi vida aborda 50 años de historia que permiten analizar cómo en un país de gran mayoría campesina, una clase obrera prácticamente analfabeta dirigida por el Partido Bolchevique se preparó y logró el triunfo de la revolución. A lo largo de cada momento, Trotsky va destacando las contradicciones y oportunidades desde el punto de vista de la estrategia revolucionaria: coyunturas de estabilidad, de ascenso o reflujos, de guerra o revolución, como la de 1905 que vio nacer a los soviets (consejos o coordinadoras) de obreros y campesinos. Junto a ello, los debates que recorrieron al movimiento revolucionario ruso en función de las distintas perspectivas. Es la vitalidad y objetividad que trasuntan los distintos capítulos por lo que es considerada una de las biografías más destacadas del siglo XX.

Te puede interesar: Trotsky, un hombre de estilo por Eduardo Grüner y La imaginación realista por Ariane Díaz

Próximamente, y a raíz del centenario de la Revolución Rusa, publicaremos una de sus obras más consagradas: Historia de la Revolución Rusa (OE N° 11) en dos tomos, para dar a conocer la revolución más grandiosa hasta nuestros días.

Bolchevismo no es estalinismo

Abunda en ámbitos académicos y periodísticos el intento de asociar la Revolución rusa en general y al bolchevismo en particular al estalinismo, y así desprestigiar toda perspectiva de emancipación revolucionaria. Muchos de los libros de Trotsky prueban que esta amalgama no es más que una maniobra y que el estalinismo fue exactamente su contrario, su negación contrarrevolucionaria.

Prueba de ellos se encuentra en los documentos y artículos reunidos y seleccionados por el propio Trotsky en Los primeros cinco años de la Internacional Comunista (OE N° 9, 1924), en base a los cuatro primeros congresos de la Internacional en vida de Lenin. Constituye una guía para el estudio de cuestiones referidas a la estrategia y táctica revolucionaria.

Sus páginas recorren todos los problemas de la política obrera durante la ola de revoluciones que sacudieron el mundo entre el final de la Primera Guerra Mundial y mediados de la década de 1920. Cómo construir partidos comunistas en los países avanzados de Occidente y las presiones conservadoras de sus viejas tradiciones, la relación entre estos partidos, los sindicatos y los soviets. Cómo se relaciona la conciencia de los trabajadores con los hechos políticos y económicos, cómo cambia, cómo llegar a influir en las grandes masas y los peligros de las acciones revolucionarias aisladas.

Como un resumen de todos estos problemas se encuentran las tesis y los debates sobre la política del “frente único obrero” (una táctica primordial dirigida a las organizaciones de masas de los trabajadores). La actualidad de esta táctica en los conflictos actuales brinda vigencia a escritos incluidos en este libro que fundamentan estas políticas, como se puede encontrar en “Una escuela de estrategia revolucionaria” o en las tesis “Sobre el frente único”.

Es en Stalin, el gran organizador de derrotas (OE N° 1. 1930) donde Trotsky polemiza con el curso que había adoptado la Internacional Comunista tras la muerte de Lenin en enero de 1924. Allí critica la nefasta teoría de Stalin del socialismo en un solo país –que llevó a la derrota procesos revolucionarios en Alemania(1923), Inglaterra (1926) y la primera revolución China (1925-27)– y el abandono de los principios estratégicos e internacionalistas forjados por el Partido Bolchevique.

Este libro retoma esta tradición al calor de las lecciones de dichos procesos mostrando la relación entre lo objetivo y lo subjetivo, lo económico y lo político, entre los distintos momentos –de derrotas, triunfos y estabilidad– que permiten forjar la hipótesis estratégica para la revolución y las tácticas que la vinculan, sin las cuales los partidos quedan a merced de las presiones a la adaptación y rutina parlamentaria o sindical, al sectarismo y el escepticismo. Trotsky destaca que esta adaptación a los tiempos de “la rutina de la táctica” no permite prepararse para los giros bruscos propios de nuestra época.

La Revolución Traicionada y otros escritos (OE N° 6, 1936) demuestracon profundidad, relevo de datos y estadísticas porqué la experiencia rusa fue y sigue siendo la más avanzada de la humanidad. Por eso allí sostiene que “Incluso en el caso de que la URSS sucumbiera (…) quedaría como prenda del porvenir, el hecho indestructible de que la revolución proletaria fue lo único que permitió a un país atrasado obtener en menos de veinte años resultados sin precedentes en la historia”.

Pero también, Trotsky destaca en detalle las consecuencias nocivas de la burocratización tanto para el Partido Bolchevique como para la economía, la política y la cultura del Estado obrero ruso.

Es desde esta ubicación que plantea un programa de revolución política para que triunfaran los procesos revolucionarios –como los que finalmente sucedieron en Hungría y Este de Europa después de la década de 1950–porque de lo contrario la burocracia soviética–anticipa en este libro- se convertiría ella misma en clase dominante restaurando el capitalismo, como finalmente sucedió tras la caída del Muro de Berlín.

Se trata de una obra esclarecedora frente al interrogante de qué sucedió con la Revolución rusa tras la muerte de Lenin. Uno de los trabajos considerados claves para quienes estaban tan lejos de justificar a la burocracia soviética, como de aquellos que cuestionaban el régimen policíaco de Stalin pero se negaban a defender las conquistas de la revolución y al Estado obrero, aún cuando su régimen fuera burocrático, de los ataques del imperialismo. Hoy aporta elementos claves para analizar la situación y perspectivas en Cuba.

Te puede interesar: Christian Castillo sobre La Revolución Traicionada

Por la derrota del fascismo y el triunfo de la revolución

La conocida crisis económica de 1929, con la que muchos comparan la crisis actual, generó tendencias bonapartistas, degradación de las democracias imperialistas europeas y el fascismo. Una década del ´30 que estuvo signada por agudos procesos de la lucha de clases: primero en la lucha contra el fascismo en Alemania, después en los procesos revolucionarios en España y Francia de cuyo resultado dependía, debido a la crisis capitalista, el desarrollo o no de las tendencias a la Segunda Guerra Mundial. Sobre esto, Trotsky desarrolló toda una serie de artículos escritos al calor de los hechos, que fueron compilados en cuatro obras.

En La lucha contra el fascismo en Alemania (OE N° 3), Trotsky elaboró uno de los análisis más sofisticados sobre el tema del fascismo –y los distintos regímenes burgueses–, contra la visión que alienta la opción de un “mal menor” burgués para enfrentarlo o las que lo consideran un partido burgués más, como en su momento el Partido Comunista alemán.

El reconocido intelectual Perry Anderson afirma que “Sus escritos se destacan por una gran profundidad teórica, aunque a su vez son textos urgentes, de combate político, en el momento mismo en que ocurrían los hechos cuya calidad como estudios concretos de una coyuntura política no tiene parangón en los anales del materialismo histórico (...)”.

Trotsky va a enfrentar tanto la política sectaria del PC como la oportunista del reformismo alemán -que llamaba a dejar la lucha en manos del Estado-, para la derrota del fascismo. Planteó en cambio la política de frente único obrero, llevando a cabo un rico debate sobre su significado, ejemplos, alcances y objetivos. Cuestiones que se pueden ver por ejemplo en el folleto “¿Y ahora?” de esta compilación.

La Victoria era posible. Escritos sobre la Revolución Española (OE N° 7) contiene la totalidad de los escritos, notas y cartas que elaboró Trotsky sobre la Revolución española, la más importante después de la rusa. Allí sostiene la importancia y vitalidad de las reivindicaciones democráticas para ser levantadas por la clase trabajadora, lo que le permite ganarse a sectores amplios de las masas y convertirse en hegemónica sobre el conjunto de los explotados.

Trotsky va a polemizar con las direcciones del movimiento obrero español, tanto con el Partido Socialista como con el Partido Comunista que conformaron la política del Frente Popular–una coalición de conciliación de clase que asumió el gobierno-por ser la anteúltima carta que usa la burguesía como freno y desvío de la revolución; pero también con los anarquistas y los grupos que reivindicándose revolucionarios integraron el Frente Popular.

Contra los que culpan a las masas -cuestión que se escucha decir de parte de sus direcciones para justificar la inacción o la política oportunista que llevan adelante– en este caso ante la derrota de la revolución, Trotsky pone al desnudo en el artículo “Clase, Partido y Dirección” el rol clave que juegan los partidos y sus direcciones en el destino de la lucha de clases ya sea para potenciarla y llevarla al triunfo, ya sea para frenarla y conducirla a la derrota.

Te puede interesar: Ciclo de entrevistas:Trotsky y la guerra civil española

En Francia también se había abierto una situación revolucionaria. En ¿Adónde va Francia?/Diario del exilio (OEN° 5) Trotsky va a plantear una política de frente único para derrotar al fascismo mediante la formación de milicias obreras y el armamento del proletariado. Si bien hoy las corrientes fascistas no tienen el peso que en la década del 30, en Europa y EEUU resurgen grupos xenófobos, y tenderán aumentar debido a la agudización de la crisis capitalista y la lucha de clases. Las políticas que desarrolla Trotsky para enfrentarlos brindan actualidad a estos escritos.

En El programa de transición y la fundación de la IV Internacional (OE Nº 10), que publicamos recientemente, se puede encontrar una respuesta desde el ángulo programático para los momentos de crisis económica, cuando las patronales y sus gobiernos intentan descargarla sobre los trabajadores y el pueblo, avanzando sobre las conquistas conseguidas por el movimiento de masas. Demandas como la división de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles con el mismo salario; la apertura de los libros de contabilidad; el control obrero o la nacionalización de las fábricas que cierren; son algunas de las consignas transitorias.

La elaboración del programa –que incluye también demandas democráticas y organizacionales– busca que las masas trabajadoras aumenten sus aspiraciones e ilusiones y ganen cohesión entre sus filas, junto a los sectores más explotados –como los jóvenes y las mujeres–. Los debates alrededor del Programa de Transición, en ese momento, se desarrollan en pos del aumento de la influencia del partido revolucionario, dando elementos para pensarlo hoy.

Finalmente, acerca del acontecimiento que más delineó las coordenadas internacionales de la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días, está dedicada La Segunda Guerra Mundial y la Revolución (OE Nº 8) que reúne artículos y documentos escritos a lo largo de los ‘30. Contra la visión mayoritaria de que esta estuvo caracterizada por el enfrentamiento entre “democracia y fascismo”, el fundador de la IV Internacional aporta tanto para el análisis sobre los posibles escenarios de guerra (entre países imperialistas, coloniales y semicoloniales y la URSS) como sobre el programa y tácticas para poder intervenir en ellos y sobre todo para el triunfo de las revoluciones que la guerra iba dar a lugar (como finalmente ocurrió en Grecia, Italia, Francia, Yugoeslavia y China) desde una perspectiva de clase. Mientras que todas las corrientes del movimiento de masas le capitularon a uno u otro bando imperialista, esta obra ofrece una visión alternativa de la Guerra y múltiples herramientas para elaborar un análisis actual del mundo.

Los grandes temas de la agenda latinoamericana

En su obligado exilio en México, los últimos años de su vida, Trotsky dedicó numerosos artículos, debates y entrevistas a la realidad latinoamericana publicados en Escritos Latinoamericanos (OE Nº 4). Como afirma el artículo que se publicó en este diario, allí actualiza la teoría de la revolución al calor de dos de sus grandes motores como la cuestión agraria y la dependencia con el imperialismo.

Asimismo ofreció herramientas para pensar las particularidades de la región vinculadas al surgimiento de gobiernos de tipo especial –que llamó bonapartismo sui generis– caracterizado por la debilidad de las burguesías y la fortaleza de la clase obrera, como fue en su momento el cardenismo, o pocos años después de la muerte de Trotsky, el peronismo en Argentina. Estos aportes ayudan para pensar fenómenos actuales que de alguna manera se reivindican continuadores de esas experiencias, como el chavismo o el movimiento de Evo Morales en Bolivia.

Otra de las cuestiones fundamentales que aborda esta obra es la cuestión de los sindicatos y el fenómeno de su estatización, consolidación de la burocracia al mando de ellos y pérdida de independencia. Un fenómeno que Trotsky va a analizar vinculado a la época en “Los sindicatos en la era de la decadencia imperialista”.

Las Obras Escogidas: tarea militante de Ediciones IPS

En estas obras, en distintos países y coyunturas, puede encontrarse la constante política de Trotsky por poner en pie partidos revolucionarios y construir la IV Internacional ante la inminencia de la Segunda Guerra Mundial, pero no de manera abstracta y propagandística, sino en un proceso vivo al calor de la intervención revolucionaria concreta en la lucha de clases y los distintos fenómenos que se dieron, de rupturas por izquierda de los grandes partidos reformistas, de surgimiento de un activismo obrero, etc.

La lucha por la revolución y el socialismo plantea como desafío la construcción de un partido forjado en las experiencias más importantes de la clase obrera, sobre la base de un conocimiento de las peculiaridades nacionales y de un profundo internacionalismo. No es una tarea fácil pero menos lo sería aún si no contáramos con las experiencias de las generaciones como la de Lenin y Trotsky, teniendo que empezar de cero cada vez. Y a este objetivo intentamos aportar con esta colección y otras que publicamos desde la editorial.

Desde hace más de 5 años, Ediciones IPS -la editorial impulsada por el PTS en el Frente de Izquierda-, lleva publicados 10 tomos de las Obras Escogidas. Es así como las obras de Trotsky ya no son una rareza y pueden verse en vidrieras de las principales librerías del país, bibliotecas, facultades.

***

Conseguí la colección completa de las Obras Escogidas en nuestra página web, en Riobamba 144 (CABA), en locales del PTS o en las principales librerías del país.



Novedades