Cómo manejarse con las calumnias y las insinuaciones[1]
18 de agosto de 1933
Estimado camarada Frank:[2]
El proyecto de resolución referente al problema financiero no me parece suficientemente preciso y categórico. Hay que disimular la resolución de modo de poder publicarla en la prensa, incluso sin comentarios si fuera necesario. Por eso seria mejor dividirla en dos partes, una concerniente a las contribuciones de las secciones y otra al caso de M.[3] En esta segunda parte habría que hacer un prólogo explicando la resolución del Comité Ejecutivo de la Liga francesa respecto a M. (Con una cita breve y exacta sobre la necesidad de que abandone los negocios y se dedique íntegramente a la política). El plenario tendría que confirmar esta resolución ya que interesa mucho a nuestra organización utilizar razonablemente las energías del camarada M. En consecuencia, el plenario tendría que relevar a M. de todas las responsabilidades financieras que se le encargaron. La parte más importante es la que concierne a la Comisión de Control. Es absolutamente intolerable, después de las infinitas demoras que hubo, hablar del "más breve plazo". No hay más que dos posibilidades: o la Comisión de Control presenta su informe durante la sesión plenaria o, si no está en condiciones de hacerlo, hay que sancionarla por su falta de energía para encarar un problema que atrajo muchas calumnias de los enemigos de la Liga. Si el propio plenario se pronunciara sobre la esencia de la cuestión -y creo que no le sería difícil hacerlo- jugaría en este problema puramente político el rol de una comisión de control y podría declarar que R. Molinier se dedicó a los negocios solamente en interés de la organización y que el plenario rechaza con indignación todas las calumnias e insinuaciones cuyos autores nunca osaron aparecer abiertamente y plantear sus acusaciones ante un organismo competente.
Suyo,
L. Trotsky
[1] Como manejarse con las calumnias y las insinuaciones. La Verité, 18 de agosto de 1933. Traducido [al inglés] para este volumen [de la edición norteamericana] por Fred Buchman. Uno de los problemas que periódicamente perturban e incluso frenan el movimiento revolucionario es el de las insinuaciones sobre la integridad de algunos de sus miembros, a menudo planteadas informalmente, con lo que se priva a los acusados de cualquier posibilidad de responder a las acusaciones y dejar limpios sus nombres. En esta carta Trotsky hace sugerencias sobre cómo manejarse con esos problemas: sacarlos a la luz, investigarlos rápidamente y rechazar las insinuaciones cuyos autores "nunca osan aparecer abiertamente para plantear las acusaciones ante un organismo competente".
[2] La carta estaba dirigida a Pierre Frank (n. 1905), entonces miembro de la Liga Comunista francesa, posteriormente miembro del Secretariado Internacional y del Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional, autor de una breve historia, La Quatrième Internationale (Maspero, 1969).
[3] M. era Raymond Molinier (n. 1904), cofundador de La Verité en 1929 y dirigente de la Liga Comunista de Francia.